lunes, 11 de noviembre de 2013

Nada más recordar que Google es una empresa

El mes pasado Google hacía realidad  la eliminación de la información (gratuita) sobre las palabras claves que se usan en Google para llegar a nuestra web. El "not provided" aterrador tiene munchas consecuencias en el SEO y el mundo del Marketing Online en general. Ha habido muchas reacciones sobre esto, pero hay una que me sorprende, la de la indignación. Y es que alguien debía  de tener la equivocada idea de que Google era una asociación sin ánimo de lucro venida de lo más profundo de nuestros corazones para hacer nuestras vidas más sencillas y felices, sin más.

Primero conviene recordar que la información no ha desaparecido se ha hecho, más o menos, de pago.  Sí vamos a poder seguir viendo las palabras clave de acceso cuando vengan a través de anuncios de Adwords, servicio de pago Google, con lo que es sencillo llegar a la conclusión de que lo que ha hecho Google es hacernos adictos a una información gratuita muy  valiosa, para después hacernos pagar por ella. 

Sé que es un fastidio, pero lo que no tiene lógica es enfadarse con Google. Lo que es ingenuo es creerse la imagen de Buen Samaritano de la red que trasmite Google, o  dejarse convencer por el "Don't be evil" creyendo que Google es el mejor (e incondicional y desinteresado) amigo del internauta. Gracias a las propias características de Internet, Google desarrolla una estrategia de afiliación y fidelización a través de la oferta masiva y mundial de servicios valiosos gratuitos, hasta ahora, ¿qué empresas de la economía llamemos tradicional hacían eso? Vale, es innovador y nos ha simplificado mucho la vida, pero al final, que no se nos olvide, esta gente trabaja para ganar dinero, y mucho.

El problema estará probablemente en la excesiva posición de dominio de Google en el mercado, que dependiendo de los países es normalmente aplastante. Yo uso un montón los servicios que ofrece Google (este blog mismo), me parecen muy prácticos y bien diseñados, pero no se me olvida con quien trato. Qué datos, que parte de nuestro negocio ponemos en sus manos o simplemente qué imagen tenemos de ellos debe de estar siempre condicionada a la realidad de que es una empresa multinacional, a la búsqueda del beneficio y con una posición de dominio sobre el mercado que, sinceramente, asusta. De Snowden hablaremos otro día.

martes, 15 de octubre de 2013

La web, la unidad de medida

A lo largo de los años, todos los que trabajamos en contacto con el mundo online hemos vitos pasar muchas modas, revelaciones, cambios de tendencia y demás que unas veces llegaban a algo y otras se quedaban por el camino. Pero a lo largo de este tiempo siempre hemos tenido una seguridad, y vamos a decirlo de una manera simplona, web hay que hacerla.

Todo esto empezó hace unos cuantos años en los que se construían las webs de una manera bastante artesanal, y de la misma  manera, su actualización también requería un proceso poco ágil y abundante en errores. La cosa estaba muy en pañales y la web era lo (único) que había, y cuando una empresa empezaba a dar unos pasos titubeantes en internet, sólo tenía que preocuparse de que le hiciesen una buena web y de quién iba a aprender a actualizarla.

Pero con los años van surgiendo blogs, Google, SEO, SEM, redes sociales....etc. La cuestión se complica, si de verdad se quiere sacar rendimiento a internet, existan muchas más variables que antes, esto ya lo sabemos, pero quiero rendir un pequeño homenaje a la web, A pesar de todas las novedades que hemos visto, la web sigue siendo la unidad de medida, el pilar básico (la mayoría de las veces) de nuestra estrategia online. Qué más da que tengamos una estrategia en redes sociales primorosa, si cuando conseguimos llevar a tráfico a la web éste sale corriendo porque no hay quién navegue por ella. Para qué nos vale una gran SEO o SEM, si a los usuarios no les queda claro de qué trata o qué ofrece nuestra web.

Quién se acuerda de Second Life, iba a ser la revolución, el cambio de paradigma, las empresas habrían sedes allí, y los partidos políticos daban mítines con caras angulosas. Cuántas veces se ha proclamado la muerte del blog, viva el blog. Es decir, a pesar de las turbulencias de internet, la web sigue representando un tanto por ciento muy elevado de nuestra presencia en internet, así que no la descuides, de las modas o de las tendencias que se convierten norma hablaremos otro día.

lunes, 23 de septiembre de 2013

El usuario web ya no traga



En entradas anteriores comentaba aspectos que afectan al diseño de una web, y que a día de hoy tendrían que estar, digámoslo así, superados. Por ejemplo, la música en una web o las intros son elementos que a lo largo de los últimos años han ido desapareciendo, por varias razones, pero me gustaría comentar una que es poco técnica pero me parece capital, el usuario ya no traga.

En aquellos tiempos de routers ruidosos, conexiones cortadas por el teléfono y fotos que se iban descargando línea a línea con conexiones de 54K, todos éramos unos usuarios inexpertos. Moviéndonos lentamente y aprendiendo los códigos del nuevo medio, las webs buscaban atraerte con los medios que permitían las programaciones y los recursos en aquel momento, luces,colores, sonidos, gif animados...etc,  que daban en un resultado bastante burdo.

Con los años, horas de navegación, experiencia y aprendizaje adquiridos nos hemos vuelto mucho más exigentes, los usuarios son mucho menos impresionables. Hace 12 años podíamos quedar parados delante de una web con una gran animación con música cuan fanfarria, creíamos que una introducción tan fastuosa solo podía anunciar algo bueno. Pero con el paso del tiempo y los clics, al vivir rodeados de pantallas con los que accedemos a internet,  hemos aprendido a valorar otras cosas como la agilidad, navegabilidad y que cargue rápido. Al usuario no le van a impresionar ni atraer grandes fuegos artificiales (hace tiempo que no), sino un buen posicionamiento y una web pensada para que él o ella obtenga de tu sitio lo que desea de la forma más rápida, eficiente y práctica posible.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Intros interminables, escapadas rápidas



El otro día comentaba las consecuencias habituales de poner música en tu web, algo que suele estar muy relacionado con el tema de hoy, las intros. Al igual que la música, las intros en las web son cada vez más un vestigio de tiempos más inexpertos, aunque todavía se ven bastante y viene bien comentar qué consecuencias tienen.

A la hora de plantearse hacer una web, mucho cliente te comenta que le gustaría "algo así", palabras peligrosas donde las haya. Ese "algo así" incluye muchas veces una intro, ya que el cliente cree que le da más calidad, empaque y seriedad a la web.  Podemos entender porque lo dice, pero hay debe entrar nuestra experiencia para aconsejarle que no es la mejor idea.

Hace años navegábamos menos horas y a través de menos canales, los usuarios podían ser más susceptibles de que les llamara la atención una intro, pero a día de hoy, lo que buscamos es principalmente agilidad, en un entorno bonito y atrayente, pero principalmente agilidad y practicidad.

Las intros lo que hacen principalmente es colocar barreras entre la información que busca el usuario y el propio usuario. Nuestro visitante tiene que esperar a que acabe esa intro para poder ver un producto, leer un artículo o simplemente conocer mejor a una empresa navegando por su web. El problema es que el usuario está dispuesto a esperar muy poco en nuestra web, y si no le damos lo que busca rápidamente, él o ella se marchará con la misma rapidez con la que llegó. Según estudios, son alrededor de 8 segundos lo que estamos dispuestos a permanecer una web pasa saber si tiene lo que buscamos. Eso es muy poco tiempo, así que es mejor aprovecharlo en mostrarle qué es lo que le ofrecemos y no poner el logo dando vueltas en una animación, que para encima, esté probablemente en flash.

No pensemos que el cliente que entra en nuestra web viene dispuesto a una sesión de navegación de tiempo ilimitado. Si queremos impresionarlo que sea con nuestros contenidos, servicios y productos, pero no con parafernalias y fuegos artificiales pasados de moda y que van contra la normas de accesibilidad, navegabilidad y usabilidad.

viernes, 23 de agosto de 2013

Mucho ruido y poca web, sonidos en las páginas

Hay un efecto (ridículo) muy utilizado en las películas cuando aparece un ordenador trabajando. Imaginaros un detective, enfrentado él solo contra un gran jefe de la mafia y atribulado por no sé que conflicto familiar,  que hace una búsqueda en un base de datos, y nada más a dar al enter un empieza a sonar un ruidito de fondo que nos da entender que la máquina está funcionando, hay quien ya ha hecho hasta una canción con todos esos sonidos.

Tiene mucho ritmo, pero como bien sabéis la mayoría son mentira, son nada más que un recurso de la película para ayudarte a entender qué es lo que esta pasando en pantalla, aunque creo que a día de hoy son totalmente innecesarios. Estoy convencido de que la mayoría de nosotros tenemos configurados nuestros equipos para que hagan los mínimos ruiditos posibles, nos hace el trabajo más relajado y los ordenadores menos invasivos. Por cierto, desde aquí un llamamiento a la yihad contra aquellos que no han quitado el sonido del teclao en sus móviles.

Pues bien , en las web está fue una lección que costó que se aprendiera. Poner sonidos o música  en tu web directamente relacionada con la navegación en la misma fue toda una moda, todos nos acordamos de esas presentaciones con música formato midi, menús con tintineos y demás efectos sonoros. El resultado normalmente era un usuario molesto buscando por la web la manera de quitar esa música de fondo, búsqueda que se convierte en frenética si el usuario está en una oficina y la música se convierte en el delator de que en vez de estar trabajando estás buscando casa rural para ir de fin de semana. Resultado final más probable, el usuario cerrará la web que es lo más fácil, adiós cliente.

Casi ya no se comete ese error, pero quedan quienes piensa que cuando un usuario entra en tu web está dispuesto pasar el resto de la tarde navegando por ella hasta encontrar lo que busca, y que además está dispuesto a aceptar a escuchar la música que le pongas.

Como mucho se puede llegar a poner un botón en el cuál el usuario haga sonar la música a voluntad, pero probablemente ese usuario tiene un equipo con no sé cuantos gigas de música, y él o ella pondrá la que le gusta cuando le dé la gana (yo ahora mismo estoy con el Sr. Stevie Wonder.), no la que tu le pongas . Música y sonidos en general en una web son, en general, tremendamente agresivos. En el diseño y navegación una palabra a tener muy en cuenta es prudencia.