domingo, 17 de enero de 2010

Ponerle puertas al campo

La polémica sobre la disposición final primera de la Ley de Economía Sostenible, la que se refiere principalmente al cierre de webs, es una vuelta de tuerca más en el debate en torno al futuro de la red y qué derechos vamos tener en ella sus usuarios. La amenaza de recortar libertades de los ciudadanos en el mundo digital se ha vuelto muy real, algo que hace años parecía imposible.

Desde que se empezó a copiar cd's, eran famosas las carreras entre las empresas que creaban complicadísimos sistemas anticopia, y voluntariosas personas que se saltaban esos sistema en minutos. De la misma manera, desde que se popularizó el intercambio de archivos gracias a Napster, los usuarios siempre han ganado la carrera a los gobiernos, discográficas y entidades de gestión de derechos en su interés por cerrar las redes de intercambio. En cuanto se cerraba una red, aparecía otra mejor y más rápida. Así, parecía y se decía que ese interés por controlar lo que circula en Internet era inútil, tanto como intentar ponerle puertas al campo.

El punto al que ha llegado el gobierno español, involucrando a la Audiencia Nacional y reformando leyes para simplificar procesos judiciales de cierre de webs, me hace pensar que con suficientes puertas y ladrillos se puede parcelar el campo, con lo que los usuarios y ciudadanía en general debemos tomarnos muy en serio que es lo que está pasando.

Es evidente que Internet necesita de una regulación, yo no creo, como la mayoría, que Internet tenga que ser una jungla donde todo vale. Pero la regulación puede hacerse enfocada a proteger unos u otros intereses, y en el caso de un poder público ésta debería ir enfocada a la protección del interés público general. En este sentido, y sin entrar en más detalles de cómo debería ser esa regulación, aquellos que vemos Internet como una gran herramienta de desarrollo personal y social del siglo XXI, no podemos quedar de brazos cruzados, pensando que Internet siempre será "libre", y que siempre saldrá algún sistema para saltarse la regulación, y que con cambiar la Web a un servidor lejano bastará para seguir funcionando, ya que llegará un momento en que esa posibilidad también desaparecerá. La defensa de nuestros derechos en Internet no puede basarse en un mero juego del ratón y el gato, sino que se debe conseguir el respeto formal de esos derechos.

Como primer paso, es necesario participar de la iniciativas que buscan visualizar el descontento entre la comunidad de usuarios, ya que si onde se legisla no se ve una masa crítica con opinión, no será posible condicionar sus decisiones y leyes.

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