lunes, 2 de septiembre de 2013

Intros interminables, escapadas rápidas



El otro día comentaba las consecuencias habituales de poner música en tu web, algo que suele estar muy relacionado con el tema de hoy, las intros. Al igual que la música, las intros en las web son cada vez más un vestigio de tiempos más inexpertos, aunque todavía se ven bastante y viene bien comentar qué consecuencias tienen.

A la hora de plantearse hacer una web, mucho cliente te comenta que le gustaría "algo así", palabras peligrosas donde las haya. Ese "algo así" incluye muchas veces una intro, ya que el cliente cree que le da más calidad, empaque y seriedad a la web.  Podemos entender porque lo dice, pero hay debe entrar nuestra experiencia para aconsejarle que no es la mejor idea.

Hace años navegábamos menos horas y a través de menos canales, los usuarios podían ser más susceptibles de que les llamara la atención una intro, pero a día de hoy, lo que buscamos es principalmente agilidad, en un entorno bonito y atrayente, pero principalmente agilidad y practicidad.

Las intros lo que hacen principalmente es colocar barreras entre la información que busca el usuario y el propio usuario. Nuestro visitante tiene que esperar a que acabe esa intro para poder ver un producto, leer un artículo o simplemente conocer mejor a una empresa navegando por su web. El problema es que el usuario está dispuesto a esperar muy poco en nuestra web, y si no le damos lo que busca rápidamente, él o ella se marchará con la misma rapidez con la que llegó. Según estudios, son alrededor de 8 segundos lo que estamos dispuestos a permanecer una web pasa saber si tiene lo que buscamos. Eso es muy poco tiempo, así que es mejor aprovecharlo en mostrarle qué es lo que le ofrecemos y no poner el logo dando vueltas en una animación, que para encima, esté probablemente en flash.

No pensemos que el cliente que entra en nuestra web viene dispuesto a una sesión de navegación de tiempo ilimitado. Si queremos impresionarlo que sea con nuestros contenidos, servicios y productos, pero no con parafernalias y fuegos artificiales pasados de moda y que van contra la normas de accesibilidad, navegabilidad y usabilidad.

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