sábado, 17 de abril de 2010

Llingua a la carta


El pasado 14 de abril se firmó el convenio de colaboración entre la Academia de la Llingua Asturiana y Bubok. A lo largo de los últimos meses he estado trabajando con la Academia y con Bubok para que pudiéremos llegar al final del camino, y poder llevar adelante este convenio de colaboración.

En primer lugar, me apetece destacar -y agradecer- la predisposición de Bubok a llegar a acuerdos de este tipo, ya firmaron uno similar con la Biblioteca Nacional. Que una empresa no pierda de vista que no todo es ganar dinero, sino que también se puede hacer un montón de cosas para aportar algo a esta sociedad a parte de existir(y así dormir mejor), no es tan habitual como debería ser. Mucha culpa de esto la tiene Ángel María Herrera, CEO de Bubok, que además de ser un emprendedor de los buenos, tiene la difusión de la cultura entre sus preocupaciones, además de ser sensible a la situación de las lenguas minorizadas, en este caso el asturiano.

También es muy alentador que instituciones como la Academia de la Llingua Asturiana no pierdan el tren de las nuevas tecnologías. A través de este acuerdo, publicaciones de la institución agotadas o especialmente interesantes van a estar disponibles para cualquiera en cualquier parte del mundo. Algo que, como suele pasar muchas veces con esto de internet, no nos podíamos ni imaginar hace no tantos años. Un investigador de una universidad en Bogotá, un aficionado a los idiomas en Irlanda o un estudiante de secundaria en Xixón pueden recibir en casa libros que de otra manera eran totalmente inaccesibles. La llingua asturiana se abre una ventana más al mundo, y la Academia de la Llingua Asturiana se convierte en la primer institución de este tipo en el mundo que pone en internet obras en un sistema de publicación bajo demanda.

Para los que nos ilusiona que Internet sea una herramienta para que este mundo sea un poco mejor, y que gracias a ella podamos ayudar a parar el proceso de minorización de la lengua asturiana, ésta ha sido una buena semana.

Y por supuesto, para acabar, gran parte de la culpa de que se pudiera firmar este acuerdo ha sido de Carlos Fernández Fuente, emprendedor imparable, compañero de botellas de sidra cuando se pasa por Xixón, y asturiano comprometido con el sitio donde nació.

1 comentario:

Carlos Fernández dijo...

Muches gracias Rubén ;-)