martes, 15 de octubre de 2013

La web, la unidad de medida

A lo largo de los años, todos los que trabajamos en contacto con el mundo online hemos vitos pasar muchas modas, revelaciones, cambios de tendencia y demás que unas veces llegaban a algo y otras se quedaban por el camino. Pero a lo largo de este tiempo siempre hemos tenido una seguridad, y vamos a decirlo de una manera simplona, web hay que hacerla.

Todo esto empezó hace unos cuantos años en los que se construían las webs de una manera bastante artesanal, y de la misma  manera, su actualización también requería un proceso poco ágil y abundante en errores. La cosa estaba muy en pañales y la web era lo (único) que había, y cuando una empresa empezaba a dar unos pasos titubeantes en internet, sólo tenía que preocuparse de que le hiciesen una buena web y de quién iba a aprender a actualizarla.

Pero con los años van surgiendo blogs, Google, SEO, SEM, redes sociales....etc. La cuestión se complica, si de verdad se quiere sacar rendimiento a internet, existan muchas más variables que antes, esto ya lo sabemos, pero quiero rendir un pequeño homenaje a la web, A pesar de todas las novedades que hemos visto, la web sigue siendo la unidad de medida, el pilar básico (la mayoría de las veces) de nuestra estrategia online. Qué más da que tengamos una estrategia en redes sociales primorosa, si cuando conseguimos llevar a tráfico a la web éste sale corriendo porque no hay quién navegue por ella. Para qué nos vale una gran SEO o SEM, si a los usuarios no les queda claro de qué trata o qué ofrece nuestra web.

Quién se acuerda de Second Life, iba a ser la revolución, el cambio de paradigma, las empresas habrían sedes allí, y los partidos políticos daban mítines con caras angulosas. Cuántas veces se ha proclamado la muerte del blog, viva el blog. Es decir, a pesar de las turbulencias de internet, la web sigue representando un tanto por ciento muy elevado de nuestra presencia en internet, así que no la descuides, de las modas o de las tendencias que se convierten norma hablaremos otro día.

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